20 ene 2008

XXXX


Sonreí a mi padre, me había salvado. Realmente no sabía por que hacia semejante lío, perfectamente pude haber dicho cualquier mentira o la verdad, pero no quería, ese era mi secreto y solo mío. Gabriel me había escrito y era una felicidad que no quería compartir con nadie excepto conmigo mismo, pero luego recordé aquello, lo que ocurrió ayer en la habitación de Gabriel, el solo hecho de recordar su labios sobre los míos, sus suaves manos acariciando mi pecho. Sonroje avergonzado.
Me retire del salón y subí a mi habitación, me recosté y no tarde en dormirme.
Al día siguiente quise ir donde Gerlad, pero recordé que no sabia donde vivía, Gabriel no había dado la dirección. Pero aunque quisiera averiguar me iba a ser imposible, mi madre deseaba que pasara con ella todo el día, a lo cual no pude negarme.
Mi madre me presumía antes sus amigas y ella quedaban encantadas con migo, decían que era un niño adorable y que mi madre era afortunada al tener un hijo como yo. Me sentía incomodo antes las palabras de aquellas mujeres, ya que para mi eso que ellas decían no era de aquella forma. Yo era el afortunado al tener la madre que tenia y no inverso.
Pedí permiso para retirarme un momento, me sentía agobiado ante aquellas señoras.
Me senté en la escalera de entrada de aquella casa en la que me encontraba, cuando vi una niña, era como de mi edad, pelo castaño, ojos miel, piel blanca, vestía un vestido negro, lo cual no era común, a no ser que aquella niña estuviese en duelo. Se detuvo y me quedo observando.
La salude, pero ella no respondió, me miraba, como si me estuviese estudiando. Su mirada era triste, lo cual me dio algo de pena, ya que era una joven muy linda y ver reflejado en sus ojos aquella tristeza era algo desgarrador. Hizo una reverencia agachándose tomando su vestido, luego se fue.
Quede extrañado, luego mi madre toma mi hombro. – Su nombre es Lillian Totherah. Es muy linda, pero es una pena lo que le ocurrió-
-¿que le ocurrió?--Bueno ella se caso hace unos años atrás con el Conde Natheauk, pero el murió. Por lo que dicen ambos se casaron por amor, se querían mucho y fue un

6 ene 2008

XXXIX


La doble y la guarde bajo mi almohada. Me sentía feliz, extasiado. Jamás pensé que Gabriel me escribiría una carta. ¿Acaso habrá venido el a entregarla o habrá sido Gerald?
Salí de mi habitación baje al salón y le pregunte a mi madre quien había venido a dejarla, ella respondió que no sabia que había sido Nora quien la había recibido. Fui a la cocina y busque a Nora.
-Dime ¿Quien vino a dejar esta carta?-
-Fue un joven, rubio, de ojos violetas, cabello largo y tomado con una cinta-
Se trataba de Gerald, el había venido a dejarla.
-¿Vino acompañado de alguien más?-
-No, el hombre se encontraba solo-
Le di las gracias y me fui, no se porque pero me habría gustado que Gabriel hubiese venido, luego me acorde que lo vería en le Baile del jueves, me sentí nervioso ¿Que me estaba ocurriendo?.
Cuando mis pensamientos son interrumpidos por mi madre.
-¿Cedric te encuentras bien?-
-Si madre ¿por que preguntas?-
-Es que te veías tan nervioso… ¿de que se trataba esa carta que te llego?-
No podía decirle, no sabia porque, pero no quería decirle, quizás sopescharia de lo que me ocurría con Gabriel, mi padre estaba ahí también y a el no le agradaba Gabriel, realmente no le agradaba su familia. No podía, pero que le respondería.
-Seguramente es una chica que se ha enamora de el- interrumpe mi hermana
La mire algo enfadado, no me gustaba que dijera eso, mi madre se emocionaría, ella siempre me esta buscando alguien. Creo que le encantaría que me quisiese casar.
¿Verdad?, pregunta exaltada mi madre-
Mi padre me mira y ríe.
-Mujer te esta emocionando de nada. Y deja el ámbito amoroso de tu hijo a un lado-
Mi madre lo mira algo molesta, pero su expresión de enfado era infantil.
-Si el niño no quiere decirlo, es asunto suyo-