20 sept 2008

XXXXVI



Gabriel se levanto, se acerco a la ventana y se quedo quieto observando lo que ocurría afuera. Yo por mi parte solo quede admirándolo, seguramente estaba molesto conmigo
Quise hablarle pero las palabras no salían de mi boca y en ningún momento Gabriel dejo de mirar hacia la ventana.
-Míralos, como están esa pareja, creen que nadie los ve desde donde están, pero se equivocan, que dirían si supiesen que alguien los observa, seguramente no soy el único que los esta mirando-
-No espíes a la gente, no es correcto, en especial si están en algo como aquello-
-por fin hablas, pensé que no me volverías a hablar-
-es que…- no supe como seguir, no sabia que decir
-tonto te dije que no importaba, ahora no se pudo, pero no me rendiré fácilmente, te haré mío a como de lugar- dijo acercándose a mi. Levanto mi rostro y me beso, paso la punta de su lengua por sobre mis labios.
Sonroje y lo bese. Me sentí avergonzado de haber actuado sin pensar.
El sonrió – me gusta cuando actúas por impulso-
Tomo mi mano - ¿quieres que regresemos al baile?-
-no – tome su mano e hice que se sentara mi lado, recosté mi cabeza en sus piernas, era tan cómodo estar así junto a el.
Gabriel empezó a acariciar mi cabello, mi rostro.
-Eres tan lindo. Eres un niño pequeño aun tan inocente, por eso me fije en ti. Aunque me da pena tener que corromper tu inocencia, pero a la vez no hay cosa que desee hacer más-
-Gabriel si el resto te escuchara, nadie lo creería-
Gabriel ríe – es cierto, es entretenido, soy lo que menos espera la gente de mi. Pero tu me conoces y me aceptas como soy ¿cierto?-
-Si, me gusta que me muestres que realmente eres humano y no ese dios perfecto que todos ven en ti-
- Es tranquilo estar así de esta forma, ojala pudiésemos estar así siempre-
- Si, que el tiempo se detuviera y este momento sea el último-
-no ahora que lo pienso no, no me gustaría-
-¿Por qué tu mismo lo dijiste hace un momento?- pregunte levantándome.
-porque si este momento fuese el ultimo, no podría hacerte mío mas adelante. Y no quiero eso-
-Gabriel, no cambias-
-no, porque te quiero- dijo besándome tiernamente en mis labios.
Yo sonreí y lo bese de la misma forma. Luego Gabriel me vuelve a besar pero de forma mas apasionada, introduciendo su lengua en mi boca y jugando en el interior.
No tardo en tirarme en la cama y subirse encima de mí. Su mano empezó a recorrer suavemente y con agilidad mi cuerpo, hasta que llego a mi miembro, haciendo que soltara un gemido.
Gabriel rió con malicia.
-Me gusta escucharte de esa forma, no hay nada que me excite más-
Gabriel, desabrocha mi pantalón y toma mi miembro masajeándolo con delicadeza y haciendo me sentir extraño y la vez lleno de placer.