23 jul 2008

XXXXIII


. Gabriel se acerca a ella y acaricia el cabello de ella. Luego se cerca de mi y acaricia mi rostro.
-Como extrañe verte, quería verte, pero no sabia donde vivías y no sabia si querías verme-
-Claro que quería verte, nunca pude dejar de pensar en ti-
Acaricia mi rostro, como disfrute sentir su contacto.
-Marie, ve adentro, después nosotros entraremos-
-No quiero, quiero que tu amigo, quien es mi amigo, baile conmigo-
-Lo hará, pero no ahora además su nombre es Cedric-
La niña lo miro enojada y se fue.
-no tenias que ser así-
-no te preocupes, se le pasara-
Ambos estábamos solos en aquel jardín, éramos los únicos.
Sentir el tacto de sus suaves y delicados dedos en mi rostro. Me deje guiar sin pensar, y lo abrace fuertemente. Como lo extrañaba.
Yo también te extrañe- dijo
Lo separe de mi, sus dedos empezaron a juguetear con mis cabellos, se acerco y me beso de una forma delicada y breve ¡como ansiaba aquel beso!
-Vamos, seguramente Marie nos espera y ella quiere bailar contigo. Aunque desearía que quien bailara contigo fuese yo. Pero lo haremos, luego regresaremos-
Al entrar a aquella mansión todos bebían, bailaban. Cuando se entraba a lugares más privados podía ver la gente teniendo relaciones sexuales, verdaderas orgías.
Cuando con Gabriel entramos a una habitación nos encontramos con William y Ángel. Ángel estaba nervioso, en cambio a William parecía que disfrutaba con ser descubierto.
Tome la mano de Gabriel –Marie no esta acá-dije
-Cierto, vamos- respondió
-¡Cedric!- grito Ángel
Lo mire
-Ven acá_
Me acerque a él.
-Dile a Gabriel que no mal interprete lo que acaba de ver-
Yo reía y Ángel se molesto un poco
-No te preocupes, le hablare-
Luego ambos nos fuimos, nos dirigimos al salón y ahí nos encontramos con Marie, quien miro algo molesta a Gabriel. Se acerco a mi, tomo mi mano y me dirigió hacia el centro del salón, donde todos estaban bailando.
Yo no soy muy bueno bailando, suelo bailar con mi hermana, pero nunca me ha gustado pero al menos podía manejarme en aquello. Hice que se subiera a mis pies, mientras yo la guiaba. Fue divertido, era como bailar con una adorable muñeca, vi el resto de la gente y todos parecían encantarles vernos a ambos bailando. Cuando mre la gente me fije en una joven vestida de negro, su rostro no tenia expresión, pero sus ojos reflejaban tristeza, luego la reconocí, era Lillian. Me sorprendió verla, seguramente fue obligada por su madre a asistir, pero no tardo en perderse entre la multitud.Mire a Marie, era bella, su sonrisa era especial, sus reflejaban tanta alegría que contagiaba a uno mismo.