6 sept 2008

XXXXV


Gabriel había acertado, pero no podía decirle que verdaderamente era así, pero no fue necesario, el lo supo.
Sonrió con malicia, lo sabia <>. Se arrodillo desabrocho mi pantalón y lo bajo, dejando al descubierto mi miembro. Ocurriría lo mismo que aquel día antes de salir del internado. Sentí su mano masajeando con delicadeza, intente detenerlo pero el no hizo caso y continuo, pronto sentí su lengua, no pude evitarlo pronto me sentí excitado, quería que se detuviese, sentía que me iba a deshacer
-Para, por favor, para- grite
-Vamos, hazlo, no importa- respondió
-No…ah…-
Cuando termino se puso de pie y me beso. Tomo mi mano y me dirigió donde estaba la cama, me sentó en esta. Estando frente a mi me volvió a besar con delicadeza empezó a besar mi cuello, pasaba la punta de su lengua detrás de mi oreja y audazmente desabotonaba mi camisa.
Me deje llevar por el, me recosté en la cama y deje que acariciara mi pecho, temblaba de placer al sentir sus dedos fríos rozando mis pezones. Quería decirle que parara pero cuando iba a hablar solo podía soltar suaves gemidos.
Gabriel se despojo de su camisa y se coloco encima de mí. No sabia que me ocurría, no sabia que era lo que estaba sintiendo en aquellos momentos.
Se despojo de su camisa y siguió acariciándome.
En esos momentos me acorde de aquella vez que presencié cuando William y Ángel, estaban intimando. Me sentí tan avergonzado al recordar, que detuve a Gabriel.
-¿Qué te ocurre?-
-lo siento no puedo en estos momentos-
-Pero…te dije que no tuvieses miedo, déjalo en todo en mis manos-
-Lo siento de verdad no puedo, no soy capaz de dejarme llevar en estos momentos-
Gabriel empezó a reír, me sentí tan extrañado, no lograba entender porque reía, cuando debía estar molesto conmigo.
-¿no estas molesto?-
- estaba esperando a que dijeras que me detuviese, solo me llamaba la atención que no lo hicieras antes-
Sonroje cuando lo oí decir eso.
-Eso quiere decir que te gusto ¿cierto?-
Me quede en blanco ¿Qué podía decir? Era cierto me gustaba, pero aun no podía decir aquello, no de la misma forma, no con esa libertad con la que era capaz de expresarse Gabriel, aunque cuando lo pensaba Gabriel tampoco se expresaba plenamente, el solo hacia lo que le daba en gana. Era capaz que no me quisiese realmente, solo me ha dicho que le gusto y nada más. Detuve mis pensamientos no me llevarían a ningún lugar en aquellos momentos y solo lo mire sin responder nada.
Gabriel me mira, se acerca y me besa – no es necesario que respondas-
Luego empezó a vestirse, yo hice lo mismo. Fueron unos minutos de aquel silencio incomodo.